No es la primera vez que Darío Facl, director y dramaturgo español, viene al Perú. El año pasado presentó la obra de teatro Lima Laberinto y ahora retorna con La Clausura del Amor en la Alianza Francesa de Miraflores; una obra potente y descarnada sobre el desamor.
Por: Eduardo Cornejo
Eduardo Camino estudió en la Escuela Jacques Lecoq, en París. Lucía Caravedo en la de Cristina Rota, España.
Asistir a La Clausura del Amor es asistir al rompimiento de una pareja, es espiar el trámite cruel de un abandono, es observar desde una butaca el desmoronamiento de un iceberg sentimental que nos salpica. La obra nos sumerge en el corazón de una tragedia cada vez más común: la ruptura del amor. Una pareja de actores, Audrey y Stan, terminan su matrimonio de diez años con tres hijos. Un combate amoroso donde las palabras se convierten en armas. No es una sorpresa que La Clausura del Amor sea obra fundamental de la dramaturgia francesa de los últimos años. Su autor, Pascal Rambert (1962), hizo el estreno mundial en el Festival de Avignon (el más importante de artes escénicas en Europa), en Francia en el 2011 y recogió los elogios y premios que merecía. Esta joya de la dramaturgia ha llegado a Lima, luego de dar vuelta por el mundo, en manos de Darío Facal, dramaturgo que ha asumido la dirección de la pieza, una obra donde se ve y escucha poesía, pero también se incrusta, en medio de lo poético, la exigencia física extrema que el texto reclama de los actores. Ellos, Lucía Caravedo y Eduardo Camino, dan voz y sangre a esta pareja que se habla y se escucha con violencia, con verdad, con patetismo e incluso, a veces, hasta con humor.
¿Por qué elegiste La clausura del amor para dirigirla?
Yo hago el teatro que a mí me gustaría ver. Muchas veces uno va al teatro y no ve nada peligroso como espectador. Los problemas son de los otros y no nos tocan. Creo que como en el buen cine, el teatro tiene que sacarte de tu zona de confort, cuando esto sucede el espectáculo comienza a ser peligroso. El teatro debe recuperar el peligro. Es como a la gente que le apasiona ver ciertos deportes; lo que ven ahí es real y peligroso, está puesto el honor de personas que pueden sufrir una lesión, y tú eres parte implicada de eso, vibrando con el resto del público. Cuando llegas al teatro y nada de lo que pasa en el escenario te salpica más allá de una experiencia literaria, pues esa experiencia es mucho más grata tenerla en la privacidad de tu casa con un libro.
Como espectador, ¿qué sensaciones te produjo esta obra?
A mí me conmueve lo paradójico del discurso, porque cuando verbalizas una ruptura amorosa puede resultar hasta pueril. ¿Cómo le dices a alguien ‘ya no te quiero’, si antes dijiste que la ibas a querer para siempre? Me genera la pregunta: ¿El que deja de amar está traicionando? Terminar es una paradoja, porque lo que dices es: tengo que hacerte daño, porque de lo contrario esto no se termina; pero al mismo tiempo quiero que me quieras por ello o que sigamos siendo amigos. Terminar puede ser un acto de amor.
Como director, ¿cuál fue el reto fundamental de esta obra?
El reto fue hacer que la tensión no decaiga en ningún momento. Por un lado, que el público sea capaz de creer el silencio del personaje que no está hablando, y pueda entender eso; y por otro lado, que a cada momento la apuesta sea más grande, dejar la interrogante de si habrá un giro en este u otro momento. No ha sido difícil, trabajando con Lucía Caravedo y Eduardo Camino.
Hablando sobre los actores, esta es una obra que exige mucho físicamente.
La dramaturgia de Pascal Rambert es muy extrema, muy exigente. Más allá de la gran altura poética que tiene esta obra, lo que realmente Rambert ha construido a nivel de performance es ver cómo la palabra llevada al extremo genera un desgaste físico en los actores. Lo que uno ve sobre el escenario en ‘La clausura del amor’ es una lucha.
¿Qué opinión tienes del teatro peruano?
Yo disfruto mucho del teatro peruano porque se puede palpar el entusiasmo que hay por hacerlo. Me encanta la cantidad de textos que se montan del mundo y la voracidad con la que se lee teatro y se ponen en escena estos textos. Amo ver la cartelera limeña porque siempre estoy descubriendo nuevos autores. Hay puestas en escenas maravillosas en cuanto a talento, ilusión y amor por lo que están haciendo. Tengo la sensación de que el teatro peruano pasa por un momento hermoso y quiero creer que el público está respondiendo.
1. Funciones
Del 30 de Set. al 12 de Dic. de viernes a domingo. 8 de la noche. En la Alianza Francesa de Miraflores. Entrada general: 40 soles.
2. Autor
Pascal Rambert (1962), dramaturgo francés que escribe teatro desde hace 35 años. «Soy una víctima de la escritura», dice.