Revista ASIA SUR Una revista del Grupo AS
Fue bailarina durante 18 años hasta que un accidente la obligó a cambiar de rumbo. Ahora es parte de una popular teleserie, sueña con ser conductora de tv y tiene una comunidad de más de 90 mil seguidores en Instagram, donde se muestra en su faceta más frontal y directa.
Por: Germán O. Rivera | Fotos: Oliver Lecca
A los cuatro años me veías chapando con el espejo o repartiendo conos de ‘Nubeluz’ a mis muñecas», menciona una mujer cuyo sueño siempre fue verse conduciendo un programa de televisión con un set lleno de luces y cámaras apuntándole. Pero su mundo de ilusiones chocó bruscamente años después, cuando en su segundo día de trabajo en un canal de cable, un camarógrafo le dijo de mala onda que no cumplía con los atributos para ser conductora. Luego de cuatro años en los que no se presentó la oportunidad para ser el rostro de un programa, ella decidió perseguir ese ideal en otros escenarios.
Aquellas ganas de lograr metas también se vieron reflejadas cuando a los 22 años, una caída le ocasionó una lesión en la columna vertebral y tuvo que abandonar su afición por el ballet.
Decidida a cumplir sus sueños de un modo u otro, tomó su cámara de video, usó su cuarto como set y con el conocimiento adquirido de diversos tutoriales y clases de maquillaje, abrió su canal de Youtube. «A veces veo mi primer video y quiero borrarlo», se ríe, y menciona que es parte de un proceso de aprendizaje. Sin embargo, aquella plataforma nunca le dió la exposición que necesitaba y, a principios de 2018, se aventuró a hacer de Instagram [@marisolbenavides_] el canal donde podía expresarse con desenfado, llegando a conectar con un público que creció de 40 mil seguidores en junio a 90 mil en diciembre.
Tremenda viralización no fue en vano y pronto le llegó una notificación de un productor televisivo llamado Miguel Zuloaga, quien la etiquetó recomendando su cuenta. Ella le escribió para agradecerle y continuaron hablando hasta que él la animó a presentarse a una audición. Aquello fue su entrada a la teleserie de señal abierta, ‘Los Vílchez’, producción que ahora consume gran parte de su tiempo al igual que su cuenta de Instagram. «Antes, si no subía un video a Youtube me daba igual, pero si no subo uno a Instagram a tiempo, sufro», menciona. Otra de sus facetas es el aconsejar a sus seguidores, quienes le cuentan sus problemas personales y ella les responde fiel al estilo que ellos tanto disfrutan: frontal y sin censura. Marisol no se detiene, no se calla y no piensa renunciar a ver su imagen en la pantalla chica. «Me encantaría tener mi propio programa», nos dice, y es evidente que este es solo el comienzo de su historia en los medios.
