Nunca tomó clases de tabla, pero gracias a su avidez y conexión con el mar logró ser medallista panamericano en Lima 2019. Surfista y empresario, Tamil relata las vicisitudes de una vida dedicada a este deporte acuático.
Texto: Senna González
Algo inusual ocurre en las playas de Puerto Escondido. Las olas, fuertes y tensas, despiden una mística que atrapa a
los surfistas. El reto está en no bajar la guardia. Lo sabe Tamil Martino: la primera vez que nadó en Oaxaca, el oleaje arremetió contra su cuerpo y mente. “Llegué pensando que me encontraba en buen momento físico como deportista, pero terminé chocando contra la pared”, recuerda.
Le sirvió reconocer los errores que estaba cometiendo y los aspectos que necesitaba mejorar. Desde su primera competencia en Puerto Escondido hasta su regreso este año con la modalidad longboard, Tamil ha viajado once veces a México para correr las olas que una vez lo marcaron.
Es inquieto e intrépido; también skater, ciclista y deportista empedernido. A los diez años se subió a su primera bodyboard y a los once empezó a competir. “Decidí pararme en la tabla después de observar a un chico hacer lo mismo”, recuerda. Así fue como dejó su bodyboard para agarrar la tabla hawaiana. Jamás recibió clases de surf: los consejos de su tío y amigos fueron sufcientes para formar a quien años más tarde se convertiría en medallista de plata de los Juegos Panamericanos Lima 2019.
Con el tiempo, Tamil ha comprendido que el mar reserva y entrega olas. Ello determina las victorias y derrotas. La capacitación es crucial para el surfista, pero los factores externos, como el tipo de oleaje, pueden alterar el resultado.
En un deporte donde las responsabilidades se comparten, la conexión con el mar es necesaria para aprender su lenguaje. En palabras suyas, “no existe un manual de lectura de olas, pero sí una cultura marina”.
Hace cuatro años abrió su negocio de tablas Ocean Master SUP, marca que diseña tablas de paddle, remos, mochilas para wetsuits, pitas, entre otros accesorios necesarios para el stand up paddle. La inspiración detrás de los dibujos proviene de las culturas Mochica y Chimú. Su anhelo es transmitir, a través de su marca, las raíces de la cultura marina en el Perú. Una cultura ligada al mar.
Ante la pregunta de por qué decidió abrir Ocean Master, Tamil afirma que quiere seguir ligado al deporte de la tabla por el resto de su vida.
Los surfistas necesitan trabajar con marcas, ya sea para impulsar proyectos o conseguir auspicios. Tamil sabe que la mejor manera de hacerlo gratis es a través de una marca propia. “Siempre he creído que es mejor ser la cabeza del ratón, que la cola del león”, refiere. Ese es el mantra que lo ha impulsado a trabajar intensamente durante estos años. Y así es como actualmente sus tablas son fabricadas en China debido a la variedad y calidad que requieren.
Además de las olas y muchas horas de stand up paddle, Tamil estudió Diseño Gráfco. Como deportista que es, sabe que está expuesto a lesiones o eventualidades que podrían poner en jaque su carrera deportiva. Entiende que los accidentes ocurren, pero está convencido de que el mar es para siempre.