Para una diseñadora de modas como Ítala Testino, criada entre fibras de alpaca y máquinas de coser, los estímulos para la creación son cuestión del día a día. ¿Qué la inspira hoy?
La diseñadora Ítala Testino no le debe el nombre a su madre, sino a su abuela. Fue su tía, sin embargo, la Ítala más importante en el descubrimiento de su vocación. Fue ella quien le enseñó los secretos de la confección, y la introdujo desde pequeña a su taller de abrigos y sacos de alpaca, donde Ítala desarrolló el gusto por el diseño; y fue ella también quien le dio un espacio para atender a sus primeros clientes, cuando a los veinte años se aventuró a crear sus propios vestidos. Junto a ella, entre alfileres y máquinas de coser, se forjó entre Ítala y su profesión una conexión especial.
Pero no todo sucedió en aquel taller. Rodeada de arte desde su nacimiento –en su familia hay desde joyeros hasta pintores, pasando por el reconocido fotógrafo Mario Testino–, la relación de Ítala con el color y las
texturas surgió antes de tener uso de razón, y su gusto por la exploración artística se desarrolló a lo largo
de su vida como un flujo natural. Desde Nueva York, donde estudia un intenso curso de moda, la diseñadora nos cuenta dónde fija su mirada para encontrar su próxima inspiración.