La mente es un lugar fuera del tiempo. En la mente, tu pasado, presente y futuro ocurren en simultáneo. La mente los mastica y crea esa subjetivísima percepción, esa película que vemos… que difiere enormemente de la que ve la persona de al lado.
La mente anida los recuerdos, y crea dependencias, engaños y distorsiones. Ayer tenía 18 años, estaba caminando por París de madrugada y me fascinaba. Eran tiempos convulsos y difíciles. Estaba muy deprimida, vivía con una ansiedad que me perseguía por todos lados. No me dejaba en paz. No tenía paz. No tenía idea de qué estudiar, ni de qué hacer con mi vida, ni sabía quién era y lo que me hacía feliz.
Luego volví a Lima y conocí a Carlos, y la vida (y la mente) se me complicó aún más. Me metí en un agujero negro de desesperanza, soledad, miedo y muchas críticas hacia mí misma. No podía parar de bombardearme con pensamientos negativos sobre mí, hacia mí… solo me ahondaba en ese hoyo negro de soledad y dependencias.
Ahí empezaron las pastillas, los psicólogos, los psiquiatras y la búsqueda desesperada por encontrar paz mental. Ahí empezaron mis estudios de la mente, del yoga, de la alimentación, de las emociones, de los pensamientos, de las conductas autodestructivas, de los hábitos mentales, de entender y saber cómo cambiar, y querer hacerlo. Una exploración profunda por varios caminos. Ensayos de prueba y error. Error, acierto, error, acierto, error, acierto, error, acierto, progreso, progreso, retroceso, avance, progreso, error y acierto me llevaron aquí y ahora.
Descubrí que hay más allá del bien y del mal. Descubrí el yoga, la meditación, la respiración, el budismo, los mantras, el ayurveda, la terapia dialéctica, el mindfulness, la nutrición desinflamatoria, el poder de la naturaleza (sobre todo, del mar), los superfoods, las megadosis de vitamina C, la importancia del sueño, el Vipassana, la aromaterapia, las flores de Bach, la alineación de chakras, el reiki, las plantas medicinales, la alimentación alcalina, vegetariana, el omega 3, la medicina integrativa y a Andrew Weil.
Fue cuando integré, apliqué y entendí todo esto que mi mente se calmó. Me despedí de la depresión y la ansiedad. Aprendí que la felicidad es un estado de conciencia ordenado, y que lograr este ‘orden’ es un trabajo diario.
Y a pesar de que los pensamientos negativos me visitan a veces, ya sé cómo hacer para despedirme de ellos rápidamente… Y puedo decir que soy feliz, que reniego poco, que no tiendo a juzgarme, ni a mí ni a los demás, que tengo paz mental y que me gusta mi vida.
Puedo decir que ya sé en qué dirección quiero ir y en qué quiero trabajar para siempre. Y es en esto… en el campo de la salud mental desde una perspectiva natural y yógica. Quiero ayudar a los impulsivos, a los ansiosos, a los deprimidos, a los estresados… porque una vez estuve en ese mismo lugar repulsivo en el que muchos están.
A través de ¿Yoga o clonazepam? busco darles el kit de herramientas para calmar la mente que me hubiera gustado que me dieran a mí años atrás. Estoy lejos de la perfección, y en mi vida he hecho muchas cosas de las que me arrepiento, pero me esfuerzo todos los días por ser mejor. Y, sobre todo, soy consciente de que la única constante en la vida es el cambio. Pero los yoguis estamos preparados para él.