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Valeria Piazza – Hacia nuevos horizontes

Aprendió a desfilar en la azotea de su casa. Su constancia y dedicación la llevaron a uno de los mejores escenarios del mundo: el Miss Universo. Su próximo paso: la actuación.

Texto: Alejandra Travi | Fotografías: Oliver Lecca

Valeria Piazza es pura dulzura. Hablar con ella es como conversar con una hermana o una amiga que solo sabe responder con sonrisas. Pero hay una Miss Perú Universo 2016 que pocos conocen: una aguerrida y tenaz mujer que afora cuando recuerda pasajes trascendentales de su vida, como cuando se recuperó de una extraña enfermedad tras seis meses en un cuarto de hospital.

Estos rasgos de su personalidad han creado la fórmula que la llevó a obtener grandes logros: dirige junto a Pierre Cateriano, su novio desde hace 10 años, una organización en favor de los niños y madres en situación de pobreza; y es conductora de dos de los programas más sintonizados de la televisión nacional: + Espectáculos y el bloque América Espectáculos en la Edición Central.

Valeria acaba de llegar de canal 4 a su departamento en Miraflores. Me sirve agua fría, se sienta y se quita los aretes. “Voy a pedir algo de comer. Muero de hambre”, me dice ya acomodada en el sillón de su sala. Son las 3.30 p.m.

SUEÑOS DE PAPEL
Lo primero que nos cuenta Valeria son episodios de su infancia con su madre, Cecilia. De pequeña, solía acurrucarse junto a ella para ver certámenes de belleza en la televisión. “Me gustaba ver todo el evento y a las chicas. Era más una admiradora porque, en ese momento, no pensaba concursar”, recuerda la comunicadora graduada de la Universidad de Lima.

Algunos años transcurrieron antes de que empezara a soñar con pasarelas y coronas. Este interés surgió tras asistir a un desfile de lencería en Lima, cuando tenía 22. Salió del lugar y le dijo a Pierre: “yo voy a modelar esas prendas”.

Al día siguiente se matriculó en el gimnasio, se deshizo de los imanes de comida rápida y comenzó un estilo de vida más saludable. Cuando su cuerpo estuvo más tonificado, se presentó al casting: Valeria fue una de las cinco peruanas elegidas.

Tomó sus primeras clases de pasarela en la azotea de su casa. En ese espacio, María Paz González-Vigil y  Pierina Sáenz, modelos y amigas suyas, le enseñaron el arte de desfilar para un público. Ese sería solo un preámbulo hacia pasarelas más importantes.

A finales del 2015, Valeria vio junto a su mamá el certamen de Miss Universo. Detenidamente, observó el paso de las candidatas de 80 países por el Planet Hollywood Resort & Casino, en Las Vegas. “El próximo año yo estaré en ese escenario”, le dijo a su madre. Y así fue. Ese día quedó entre las 13 finalistas.

Estos hitos en la vida de Valeria demuestran que cuando se propone algo lo consigue. Desde pequeña, esta modelo ítalo-peruana pegaba notas en la cabecera de su cama con sus metas. “Las escribía en forma de afirmaciones. Por ejemplo, antes de entrar a canal 4 escribí: soy conductora en América Televisión. También, antes de prepararme, e incluso presentarme, escribí: soy la Miss Perú Universo 2016. Y todo lo he logrado”. Ese siempre es el primer paso para ella. El segundo es capacitarse lo suficiente para llegar a su objetivo.

MUJER GUERRERA
Lo primero que Valeria hizo al salir de la clínica fue ir al mar. Sentada en una silla de ruedas, observó el Océano Pacífco desde el malecón de Miraflores: los tablistas en altamar, el cielo blanco de agosto, el canto de las aves. “Había pasado seis meses en una habitación de hospital. Extrañaba las cosas simples de la vida, cosas que quizás antes no había aprendido a valorar”, recuerda la embajadora del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

A inicios del 2018, la modelo fue diagnosticada con una extraña enfermedad autoinmune que la llevó a pasar seis meses en una camilla. El punto más crítico lo vivió el día que fue internada. “Ya estaba sintiéndome mal, mareada y adolorida. Una noche me desmayé del dolor mientras dormía y me levanté en la clínica”, rememora. Fue dada de alta luego de llevar un tratamiento exhaustivo en Lima y en Barcelona. Pero su cuerpo estaba tan débil que necesitaba ayuda para movilizarse. “Creo que lo que más fortaleza me dio durante ese proceso fueron los buenos deseos que la gente me mandaba. Me llenaron de vitalidad”.

Al tratarse de un trastorno incurable, Valeria necesita seguir controlándolo. Cada dos semanas recibe una inyección abdominal. Al volver a su rutina, Valeria quiso devolverle a la vida todo lo que le había dado. Ella y Pierre crearon Böwa, una organización de ayuda a niños y madres adolescentes en situación de pobreza. Debido al trabajo realizado con diversas comunidades peruanas, en el 2019 fueron nominados a los Social Awards en la categoría Social Impact and Change. A pesar de aquellos meses oscuros, Valeria se siente bendecida. Su última conquista la hizo en la televisión nacional.

“Postulé al cargo de conductora en el bloque América Espectáculos en la Edición Central, y una semana después fui elegida”, refiere. Se matriculó en clases de improvisación y en un taller de voz. Posteriormente, la invitaron a formar parte de la conducción de + Espectáculos, junto a Sheyla Rojas y Silvia Cornejo.

“Siento que el tiempo que estuve en la clínica sirvió para reinventarme”, dice la modelo. En ese periodo, se dedicó a
meditar sobre la vida, a valorar a las personas que la rodean y a desprenderse de otras. “Siempre pienso que la diferencia entre un día bueno y uno malo es la actitud. Yo trato de ver lo positivo de toda situación”. Su próxima meta: la actuación.

Culmina la entrevista y Valeria me muestra la vista desde su balcón. Se ven las copas de los árboles miraflorinos, colmados de flores amarillas. “En la mañana es lindo escuchar a las aves en sus ramas”, me dice. En media hora le toca volver al canal para presentar las noticias del espectáculo nacional. “Siempre ando full, pero me gusta lo que hago”, sentencia con una sonrisa.

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